top of page

¿Por qué ACI?

Me preguntaste ayer y lo primero que se me vino a la mente es decirte que es una abreviación del nombre de nuestra congregación en latín, Ancilla Cordis Iesu.  Me di cuenta que no quedaste satisfecha, que querías escuchar algo más.

A Jesús lo descubrí  al leer su evangelio, me encontré con él en su Palabra; su vida me fascinó y sigue fascinándome al verlo hecho pan y vino, para alimentarnos, para reunirnos, celebrar las alegrías, ofrecer los sueños, el trabajo, la vida y acompañarnos en la lucha de cada día.

Jesús vino al mundo enviado por el Padre. Dios quiso hacerse “hombre”, en el más profundo sentido de la palabra. Eligió compartir y conocer nuestra humanidad en su propia carne. Porque quería que nosotras/os pudiéramos también elegir el compartir y conocer su sueño para cada persona, para el mundo. 

Yo he sentido muy fuerte, muy en el corazón, que esa es mi vocación, el por qué de mi vida: como Jesús, reparar dando vida, cuidándola, protegiéndola, animándola en cada persona, en cada estructura, en cada situación de opresión e injusticia.  Si yo puedo compartir con Jesús su misión de “reparar el mundo” es porque yo misma me siento “reparada” por él, querida con la misma ternura que me invita a mí a querer a otras/os.

 

Mi vocación no la vivo en solitario, sino unida en comunidad con otras hermanas que sienten como yo.  Nos sentimos llamadas por el mismo Señor. Compartimos el deseo de que todas las personas, todos los pueblos, conozcan a Jesús y que eso se traduzca en un mundo más justo, en relaciones humanas más fraternas… En resumen, eso que el Evangelio llama el Reinado de Dios, es lo que nos une. Es también lo que nos pone delante de Jesús eucaristía, cada día, adorándolo. Y esto, desde los tiempos de Rafaela María, la primera ACI.

Ir a misiones, trabajar en los Colegios, servir en la pastoral de las parroquias, animar a grupos de jóvenes, acompañar el camino de encuentro de otras personas con Jesús (en la vida, en los Ejercicios Espirituales, etc.), son medios que nos ayudan y favorecen nuestro objetivo prioritario: Reparar dando vida donde está debilitada, apoyar el desarrollo y crecimiento de las personas, para que llegue cada una a descubrir personalmente que Dios nos ama con pasión, tal como somos.

bottom of page